Paseo por la Roma
Ayer finalmente decidí ir a recoger mi solicitud para el programa de Jóvenes Creadores del FONCA, tuve que atravesar toda la colonia Roma, pasé por lugares por los que no pasaba hace algún tiempo. La calle de Puebla esquina con Jalapa, antes mi camino a la prepa de todos los días, había un estudio fotográfico donde me retrataba desde que era niño: mis certificados de primaria, secundaria, prepa, la foto para la cartilla, varias fotos para pasaportes. ¡Ya no existe! se transformó en una tienda de Telcel... Enfrente de aquel estudio, había una tienda que vendía dulces clásicos como mis favoritos huevitos de chocolate (huevos pintos), con los que la boca siempre se me ponía blanca, borrachitos, gomitas, y miles de chocolates... Ahora es un triste cafetín a la entrada de la glorieta del Metro Insurgentes. La glorieta del metro anda ahora en construcción supongo que por el metrobus, pero la salida para la Zona Rosa cada vez esta mas repleta de vendedores. ¡Cuaaatro DeVeDeeees por cincueeeeenta peeeeeeesos! En fín, llegue a recojer mi solicitud, y reanduve mis pasos de camino a casa, no sin antes caer en la tentación de comprarme mis 4 DVDs por 50 varos, sin importarme los asquerosos cineminutos que ahora nos ensartan en las salas de cine y en las películas rentadas, la selección: Cara de Guerra, de Kubrick, La Ultima Tentación de Cristo, Cero y Van Cuatro... ya ya no encontraba otra que quisiera, así que tuve que elegir entre Matrix Recargado o el Episodio VI que es el que me falta, ganó no sé por qué Matrix...
Después de regreso, hice una escala técnica para tomar un cafe en D Carlo (ampliamente recomendable) y seguí mi camino a casa... con una chispeada de lluvia durante todo el camino, y la melancolía de que todo de servir se acaba, como mi vieja colonia Roma donde crecí, y ahora sigo creciendo.
Después de regreso, hice una escala técnica para tomar un cafe en D Carlo (ampliamente recomendable) y seguí mi camino a casa... con una chispeada de lluvia durante todo el camino, y la melancolía de que todo de servir se acaba, como mi vieja colonia Roma donde crecí, y ahora sigo creciendo.
Escrito por Rodrigo Castillo a las 19:27
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